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La historia de Gorki Apartments

Gorki Apartments encarna una historia estrechamente ligada a la de Berlín. Aquí, no hay un vestíbulo de recepción clásico: los huéspedes son recibidos en una elegante y acogedora recepción, abierta las 24 horas, que evoca una residencia privada. Accesible a través de un encantador patio interior verde, este lugar único combina refinamiento e intimidad. El edificio de Gorki Apartments, construido a principios del siglo XX, tiene una rica historia. En la parte trasera, una empresa de fontanería especializada en radiadores de automóviles operó hasta la década de 1950, como lo demuestran aún algunas inscripciones desvanecidas en las paredes. Aunque el edificio sobrevivió a la Segunda Guerra Mundial, fue abandonado tras la construcción del Muro de Berlín en 1961. No fue hasta casi 50 años después que los propietarios actuales lo adquirieron y restauraron con esmero, devolviéndole todo su esplendor.

 

Tras cinco años de trabajo, Gorki Apartments abrió sus puertas en noviembre de 2013.

En colaboración con el estudio de arquitectura Fuchshuber & Partner, la arquitecta franco-alemana Sandra Pauquet, junto con Kim Wang y su equipo, insuflaron nueva vida al edificio. El diseño rinde homenaje a los apartamentos típicos berlineses, con paredes de ladrillo visto, techos altos, detalles originales de estuco y espacios abiertos.

Los 34 apartamentos y dos áticos, distribuidos en cuatro plantas, representan un lujo no convencional. Con nueve configuraciones diferentes, los apartamentos se agrupan en tres categorías, llamadas “Kategorkis”.

Los Kategorkis 1 y 2B, que dan a la calle, son amplios y cuentan con cocinas separadas, comedores y balcones que ofrecen vistas a la vibrante vida de Weinbergsweg.

Los demás apartamentos tienen vistas a un tranquilo patio interior, mientras que los áticos, ubicados en el quinto piso, combinan lujo moderno con elegancia parisina, capturando al mismo tiempo el alma del encanto berlinés.

Un toque original rinde homenaje a los antiguos residentes: cada apartamento lleva el nombre de un personaje ficticio, como “Lea Grün”, “Fritz” o “Herr Günther”, grabado en las llaves. Los huéspedes pueden alojarse bajo un seudónimo, preservando su privacidad y anonimato. Cada apartamento, equipado con un timbre y un buzón, ofrece la sensación de un verdadero hogar, mientras se disfruta de los servicios de un hotel de lujo, como conserjería y limpieza diaria.